No todas las hernias de disco producen dolor:
Las hernias de disco pueden ser sintomáticas – produciendo dolor y/o alteraciones en la sensibilidad y fuerza – o ser completamente asintomáticas.
Las teorías más recientes postulan que las hernias producen síntomas cuando los cambios discales se producen de forma brusca; es decir, en pacientes donde con el paso del tiempo se han ido produciendo alteraciones progresivas, la tendencia es que el cuerpo se podrá ir adaptando y no llegarían a producirse síntomas y, por el contrario, si los cambios en el disco son repentinos, sí tenderán a asociarse con la aparición de dolor y/u otros síntomas asociados, tales como falta de fuerza o alteraciones en la sensibilidad.
Una forma sencilla de comprender el fenómeno previo, sería la sensación al exponernos de forma progresiva a agua a elevada o baja temperatura; si la exposición es paulatina – 36º, 37º, 38º, 39º –, el cuerpo se adaptará y las sensación térmica será diferente a si entramos a una ducha directamente a 39º.
Por todo lo anterior, debemos evitar caer en el error de demandar una Resonancia Magnética en cualquier situación de dolor de columna, pues, siendo común la aparición de hallazgos no relevantes, podemos llegar a pensar que los síntomas que padecemos son necesariamente debidos a los cambios encontrados en el estudio, cuando dichos cambios pueden llevar con nosotros varios años y no ser relevantes para el episodio actual. El diagnóstico a través de pruebas de imagen siempre debe verse acompañado de una historia clínica y exploración física exhaustivas, debiendo los resultados de las pruebas ser coherentes con el comportamiento de los síntomas del paciente.
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