Legumbres: Verdades y mitos
Hoy os vamos a hablar de un grupo alimentario muy importante en el día a día de nuestra dieta mediterránea: las legumbres.
Se trata de semillas de aquellas plantas que forman parte del grupo de las leguminosas. Y hay que tener en cuenta que las semillas, para los diferentes seres vivos vegetales, es el lugar en el que se reserva la energía y los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo. Por lo tanto, estamos hablando de un grupo de alimentos que aporta calorías y muchísimos nutrientes, tanto energéticos (azúcares presentes de forma natural, ácidos grasos, proteínas de origen vegetal) como no energéticos (vitaminas y minerales, muchísimos). Son, pues, un alimento muy completo, aportándonos un plato de lentejas, garbanzos o alubias casi todos los nutrientes necesarios para afrontar el día.
Nos ofrecen una gran versatilidad en la cocina, pudiendo ser preparadas en ensaladas frías (mucho más suaves) o en potajes calentitos que nos suben el ánimo en el frío invierno. Mi recomendación personal es consumirlas en ensaladas frías en verano y en potajes durante el invierno, aunque verdaderamente los aliños fríos o templados pueden ser consumidos perfectamente todo el año. No sucede así con los potajes, ya que en verano, si no estamos pendientes, corremos el riesgo de que se estropeen y, la verdad sea dicha, un plato caliente y contundente en verano no suele ser muy apetecible en nuestra zona.
Una cuestión de la que nos quejamos habitualmente es de los gases que producen. Se pueden eliminar aumentando las horas de remojo (hasta un día perfectamente) e incorporando a ese remojo una cucharada sopera de bicarbonato de sodio. Y mucho, mucho tiempo de remojo, sobre 18 horas, un día prácticamente. Así conseguimos rebajar muchísimo esas sensaciones.
Los gases que producen se pueden eliminar aumentando las horas de remojo (hasta un día perfectamente) e incorporando a ese remojo una cucharada sopera de bicarbonato de sodio.
Sobre las calorías aportadas, es cierto que aportan calorías (desde 300 hasta unas 500 calorías por 100 gramos), pero no debemos pararnos en eso. El aporte de nutrientes es brutal. Y además, lo suyo no es comer gran cantidad de estos platos. Pequeñas cantidades nos aportarán muchísimos nutrientes y no tantas calorías. Así que debemos dejar de pensar en esos platazos de chícharos y apostar por reducir mucho su cantidad y acompañarlo de otras verduras y la fruta de postre, por supuesto.