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PODOLOGÍA
La unión perfecta entre la exploración de un experto y la tecnología más vanguardista.
El estudio de la pisada es quizás, una de las pruebas diagnósticas más completa para obtener información directa, concisa y relevante sobre la dinámica de las personas.
Con el paso de los años, su evolución y grado de éxito ha ido creciendo conforme se han desarrollado nuevos test funcionales con los que medir los rangos de movilidad de nuestros pies y de todo el miembro inferior, mejorando, de este modo, la precisión de los análisis de la dinámica de nuestros pacientes desde una perspectiva global.
En el desarrollo del estudio de la pisada empleamos pruebas complementarias basadas en plataformas de presiones. Dichas plataformas, jamás podrán sustituir a la parte fundamental de un estudio, que son las pruebas funcionales. Consideramos un complemento esencial el uso de estas plataformas por la información que nos aporta en determinados pacientes sobre el reparto de cargas en los pies, centro de gravedad del cuerpo, fases de la marcha y otra serie de datos con un valor diagnóstico importante, pero en ocasiones no relevantes. De este modo, quedará bajo criterio del especialista el uso o no de las plataformas de presiones según el contexto y necesidades del paciente.
¿QUÉ PODEMOS TRATAR CON EL ESTUDIO DE LA PISADA?
Nos ofrece un alto grado de correlación lesional entre la patomecánica de los pacientes y sus dolencias a cualquier nivel del miembro inferior y, en ocasiones, con las distintas áreas del aparato locomotor más alejadas a los pies, como puede ser la columna.
Por ello, el abanico terapéutico del estudio de la pisada es tan amplio que podría abarcar todas las alteraciones o afecciones musculotendinosas del miembro inferior que tengan relación directa o indirecta con una dinámica anómala, desde sobrecargas musculares, dolores articulares o dolores difusos. Gracias a él podremos encontrar el origen de diferentes afecciones, pudiendo actuar en consecuencia, ya sea a través de ejercicio terapéutico, plantillas personalizadas o con una combinación de ambas.
¿CÓMO EMPLEAMOS EL ESTUDIO DE LA PISADA?
Podemos distinguir cuatro secciones en la realización de un estudio de la pisada, estando todas ellas íntimamente correlacionadas debido a la información que aportan. Gracias a ello conseguimos entender cómo funciona el mecanismo de transporte tan complejo que es el cuerpo humano.
- Valoración en camilla: Mediante el uso de maniobras exploratorias, se valoran rangos articulares, rango de movilidad y adaptaciones anatómicas a causa de la patomecánica.
- Bipedestación o pruebas funcionales: Cuantificamos direccionalidad y estructuración de los pies en estática y realizamos pruebas funcionales con una alta validez científica para comprender y evidenciar la simetría o asimétrica en el comportamiento del miembro inferior.
- Dinámica: Llegados a este punto el profesional debe tener una idea bastante aproximada de cómo será la dinámica del paciente incluso antes de que el mismo comience a caminar gracias a la información obtenida en los pasos previos del estudio. En esta fase se emplean en, caso de necesidad, las plataformas de presiones y equipos de video como pruebas complementarias.
- Pruebas complementarias: En los estudios de la pisada en ocasiones debemos hacer uso de las llamadas plataformas de presiones, sistemas de video y pruebas de imagen radiológica, para complementar la información obtenida en los tres pasos fundamentales que conforman la exploración del paciente.
Las plataformas de presiones nos aportan datos sobre la repartición del peso del paciente en cada pie, sobre el centro de gravedad del cuerpo, grados de prono-supinación, estabilización, fases de la marcha, etc. En definitiva, nos ofrecen una serie de datos que en ocasiones pueden ayudar al profesional a establecer un plan terapéutico acorde a las características funcionales del paciente. Los sistemas de videos e imágenes radiológicas nos aportan datos complementarios para el análisis del movimiento en distintas orientaciones espaciales y a distintas velocidades, ayudándonos, en ocasiones, a descubrir ciertos movimientos o angulaciones difíciles de discernir en la exploración dinámica sin su ayuda y, en el caso de las imágenes radiológicas, nos ayudan a valorar el sistema esquelético en busca de posibles coaliciones, fusiones o desviaciones angulares en las articulaciones del aparato locomotor, que a veces son el origen de las dolencias del paciente.