En esta ocasión, me gustaría plasmar una reflexión en voz alta que surge a raíz de una conversación sobre Fisioterapia con un compañero de profesión, os pongo en precedentes:
Es bastante común en ciertas patologías, que el día en el que un paciente recibe el alta, tenga una propuesta de trabajo de prevención por parte del fisioterapeuta para evitar una recaída. Aunque es cierto que la Fisioterapia tiene en la prevención una gran herramienta de trabajo, nos surgió la duda de si dependiendo del enfoque mediante el que se le explica al paciente, esta fase puede ser más perjudicial que beneficioso; me explico:
Analizando desde la base, las fases preventivas a nivel sanitario se basan en dos corrientes principalmente:
¡¡ NO HAGAS ¡TIENES QUE
X ¡! HACER Y !
Y he aquí nuestro dilema. La conversación con el compañero derivó en el planteamiento de si es correcto centrar la fase preventiva de una lesión en la propia lesión, cuando esta se supone ya se ha resuelto. ¿No conseguimos de este modo perpetuar el estado de alerta que pueda tener el sistema nervioso del paciente, e incluso el propio paciente, sobre su anterior patología?
¿Es correcto centrar la fase preventiva de una lesión en la propia lesión?
Llegados a este punto, y teniendo en cuenta que el paciente es el máximo responsable de su propia salud, llegamos a un mutuo acuerdo por el cual, en nuestra opinión, el fisioterapeuta debe otorgar la educación y herramientas suficientes al paciente durante las sesiones, para que este comprenda, que realizando trabajo preventivo, está invirtiendo en salud y no ahorrando en enfermedad.
No obstante, este trabajo preventivo no debe suponer ningún temor y no debe pensarse que si sigue trabajando es debido a que alguna estructura sigue dañada. Del mismo modo que en España está socialmente aceptado limpiarse los dientes de forma periódica y diaria, porque es bueno para la salud bucodental, los pacientes también deben llegar a comprender que es necesario cuidar el único cuerpo del que disponen. Además, a la par que es deber del paciente comprenderlo, es deber de los sanitarios el explicarlo.
Del mismo modo que en España está socialmente aceptado limpiarse los dientes de forma periódica y diaria, porque es bueno para la salud bucodental, los pacientes también deben llegar a comprender que es necesario cuidar el cuerpo.
Siendo así, preferimos hablar en esta situación del concepto de promoción de la salud, entendido como el proceso por el cual las personas aumentan el control sobre su salud y, de este modo, la mejoran.
Este pequeño cambio en el pensamiento del paciente puede ser determinante a la hora de afrontar y superar la resolución de una patología, y no quedarse estancado en un punto donde llegue a generar fobias a ciertas actividades o movimientos comunes en la vida diaria y, finalmente, no olvidar la importancia que tiene la prevención para conseguir mantener un óptimo estado de salud.
¡Por todo ello, intenta mejorar tu salud para encontrarte mejor, no por evitar volver a enfermar!